Cuando se publicó
en noviembre del 2011 el Informe sobre la Justicia de Familia (en Reino Unido),
el Family Justice Review, fue de difícil lectura para todos los que tienen responsabilidades
en el sistema de justicia familiar.
La revisión
encontró un sistema que estaba fallando a las personas vulnerables a las que se
suponía debía estar sirviendo, un sistema caracterizado por la incoherencia, la
desconfianza entre las agencias y la falta de liderazgo. Esto estaba causando
enormes e innecesarias demoras, con un promedio de atención de casos en los
tribunales de condado de 60 semanas – “toda una era en la vida de un
niño", en palabras de David Norgrove, quien presidió la comisión independiente
que realizó el estudio.
Este mecanismo,
el de auditorías independientes, dotadas de amplios poderes y compuestas
mayoritariamente por expertos, que formulan recomendaciones al gobierno y que,
incluso a veces, efectúan un cierto seguimiento del cumplimiento de esas
recomendaciones, me parece el camino más serio para enfrentar el grave y
estructural problema de la condición de los niños en centros del Sename y en
residencias y hogares de acogida de las instituciones colaboradores. Es un camino
largo, que no ofrece muchas cámaras para los tradicionales actores políticos, y
de mucho preciso detalle, nada de principios de dulce retórica saboreados ante
múltiples micrófonos.
Dejo aquí el
informe de seguimiento que el gobierno británico realizó del estado actual post
informe, recomendaciones y primeros cambios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario