Ed Houben tiene 45
años, es soltero y ha sido calificado como el "hombre más viril" de
Europa. ¿La razón? Es padre de 98 niños que han sido concebidos a través de su
esperma donada de forma gratuita a parejas lesbianas, mujeres solas y parejas
heterosexuales que tienen problemas de fertilidad.
Su última hija es
Madita, una niña de tan sólo un mes y medio de vida, a quien conoció hace pocos
días. La madre es una enfermera de 28 años y soltera. "Durante mucho
tiempo he querido tener un hijo, pero no podía encontrar al hombre
adecuado", explicó la mujer a la BBC, y agregó que prefería conocer al
padre de su hijo y no recurrir a un donante anónimo.
Houben comenzó con su "carrera" de donante en 2002 en un banco de semen, pero luego prefirió ofrecer sus servicios en internet y no sólo sin costo, sino que además de la "manera tradicional", es decir, teniendo relaciones sexuales con las mujeres receptoras porque, asegura, así hay más posibilidades de concebir.
Houben comenzó con su "carrera" de donante en 2002 en un banco de semen, pero luego prefirió ofrecer sus servicios en internet y no sólo sin costo, sino que además de la "manera tradicional", es decir, teniendo relaciones sexuales con las mujeres receptoras porque, asegura, así hay más posibilidades de concebir.
En 2012, la revista
alemana Der Spiegel ya había dado a conocer la historia de este holandés, que
entonces era padre de 82 niños. Hoy, dos años después, tiene 16 descendientes
más. Y eso que, según afirma, fue virgen hasta los 34 años.
Según señaló al medio británico, lo que lo motiva a donar su esperma es "la hermosa esperanza de crear una nueva vida que será amada y cuidada". Algo similar a lo que plantea en su sitio web, donde afirma que si los interesados en contar con su ayuda logran convencerlo de que él se sentiría bien con ellos si es que fuera un niño, estará felices de proporcionarles su esperma. Asimismo, explica que decidió crear su propia página en internet para que los niños a los que ha concebido tengan la oportunidad de conocerlo, en caso de que en el futuro deseen saber más sobre sus raíces.
Según señaló al medio británico, lo que lo motiva a donar su esperma es "la hermosa esperanza de crear una nueva vida que será amada y cuidada". Algo similar a lo que plantea en su sitio web, donde afirma que si los interesados en contar con su ayuda logran convencerlo de que él se sentiría bien con ellos si es que fuera un niño, estará felices de proporcionarles su esperma. Asimismo, explica que decidió crear su propia página en internet para que los niños a los que ha concebido tengan la oportunidad de conocerlo, en caso de que en el futuro deseen saber más sobre sus raíces.
Una tasa de éxito del 80%
Además de estar
dispuesto a ser contactado por sus hijos, Houben se ha preocupado de llevar un
registro de cada uno de ellos, para evitar el riesgo de que se produzcan
cruces.
"Si más adelante, uno de mis hijos conoce a alguien que no sabe quién es su padre natural, puede consultar esta lista", indicó a la BBC.
"Si más adelante, uno de mis hijos conoce a alguien que no sabe quién es su padre natural, puede consultar esta lista", indicó a la BBC.
Para evitar perjudicar
la calidad de su esperma, el holandés toma ciertas precauciones, como por
ejemplo evitar el alcohol y las drogas. Y al parecer le ha dado resultado, ya
que los análisis de su semen arrojan 100 millones de espermios por conteo, lo
que le permite dejar embarazadas a un 80% de las mujeres con quienes tiene
sexo.
Con el fin de que las
potenciales receptoras se sientan más seguras en su elección, en su página web
publica los resultados de diversos exámenes, algunos de enfermedades de
transmisión sexual como la clamidia y el VIH. También su grupo sanguíneo y ADN,
y les ofrece a las interesadas enviarles un archivo PDF con más datos sobre su
salud.
Consultado respecto a
si le resulta difícil lograr la intimidad con mujeres a las que no conoce,
Houben explicó que se preocupa de hacerlo antes de tener relaciones. ¿Y qué
ocurre cuando tienen un marido? "Me imagino que si nunca han estado en la
situación, debe ser difícil”, respondió, y puso el ejemplo de una pareja de
Bielorrusia que durante tres meses viajó una vez al mes hasta Maastricht, donde
él vive, y ahora tiene un bebé después de 15 años de intentar concebir en
clínicas. "Están más allá de esos sentimientos de '¡Oh! Hay un extraño
durmiendo con mi mujer'", aseguró.
También afirmó que
aunque en un principio firmó contratos con las receptoras para protegerse en
caso de que en el futuro le pidieran ayuda financiera, ahora no lo hace y sólo
cree en la buena fe de las madres de sus hijos.
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