La última quincena
de la Corte Suprema de Estados Unidos (Scotus, por su sigla en inglés) ha sido singularmente
noticiosa por fallos de gran alcance: destrabar el Obamacare, declarar la
constitucionalidad del matrimonio igualitario, y sostener la mantención de la
pena capital por aplicación de una droga especialmente dolorosa (Midazolam) son
sentencias que han acaparado primeras planas de la prensa mundial.
Aprovechando
esta coyuntura quiero plantear tres propuestas que creo contribuirían a mejorar
aun más el trabajo de nuestra Corte Suprema, que desde hace algunos años se ha
embarcado en procesos de innovación que han contribuido significativamente a un
mayor acercamiento con la ciudadanía (su área de comunicaciones, mejoras en gestión,
énfasis en ética judicial, mayor transparencia, agilización de causas de
DD.HH., etc.) y que, en palabras de su presidente, procura “sumar a la sociedad
igualdad, libertad y dignidad.” (Cuenta pública 2015)
La primera
propuesta, en línea con el objetivo de facilitar la publicidad real de los
fallos, es la instauración de un syllabus, o resumen ejecutivo, de sentencias
de cierta extensión. Un profesor argentino ha considerado que una forma de violar
la publicidad es por exceso. Fallos de 1200 fojas son fallos ilegibles. Ni
siquiera son imprimibles. Entre nosotros,
afortunadamente, aún estamos lejos de esas prácticas pero de todos modos contar
con resúmenes de 3, 4 o 5 páginas ayudaría a que cualquier ciudadanos
medianamente culto pueda aprehender por sí mismo el sentido de un fallo, sus razones
y terminar así con esa sensación que queda a veces, en los medios, de
resoluciones con problemas de justificación. Este trabajo hoy lo cumple de gran
manera la Dirección de Comunicaciones con la sección noticias del portal web
respecto de los casos más mediáticos.
Una segunda
propuesta es permitir en los fallos divididos que cada jurisdicente conozca la
primera versión del voto de mayoría y de sus colegas que disienten. De este
modo, en su redacción puede discutir públicamente las razones de sus colegas y,
de esta forma, ofrecer un fallo más robusto en términos de argumentación jurídica.
Basta recordar que en el modelo argumentativo de Toulmin un elemento de una
argumentación compleja lo constituyen las condiciones de excepción o de
refutación (Toulmin 2003: 137).
Finalmente,
una tercera propuesta desde el trabajo de Scotus la constituye la existencia en el equipo de los justices, nuestros
ministros, de los clerks, esto es, aventajados egresados de derecho que
colaboran en la redacción de los fallos buscando citas, contrastando datos,
revisando los briefs, etc. En nuestro sistema jurídico sus tareas serían
diferentes pero creo que podrían aportar al trabajo principal de los ministros
del más alto tribunal que es, sin duda, dictar sentencias. Mantendrían ellos la
dirección de la redacción del fallo pero podrían encargar tareas menores a
estos ayudantes de redacción, quienes, a su turno, se verían beneficiados de la
oportunidad de aprendizaje al más alto nivel de nuestro sistema jurídico.
Ninguna de estas
propuestas creo que requiere ley y su implementación reforzaría el proceso de
innovación hoy en marcha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario