Esta semana al fin han ingresado al
Congreso los dos proyectos de ley sobre derechos de la niñez firmados por la
Presidenta el lunes de la semana pasada.
Se trata del Proyecto de ley de
sistema de garantías de los derechos de la niñez (Boletín 10.315-18) y del
sorpresivo Proyecto de ley que Crea la Subsecretaría de la Niñez, modifica la
ley N°20.530, sobre Ministerio de Desarrollo Social, y otros cuerpos legales
que indica (Boletín N° 10.314-06).
Espero mañana entregar una primera
lectura de los proyectos en una columna y en una semana o algo más, un documento
de estudio con un análisis más pormenorizado
de los cuerpos normativos, por lo que sólo 2 comentarios voy a formular en este
primer posteo.
El primero, vinculado con la estrategia
legislativa. Es curiosa la elección de parcelar el debate legislativo sobre
infancia en una sucesión de cuerpos legales, con muy diferentes tiempos de tramitación.
Recordemos que la estrategia legislativa elegida por este gobierno ni siquiera
deroga la Ley de Menores con estos primeros proyectos. Nada –o casi nada- se dice
respecto de la protección especial, es decir, la que afecta a los niños más
vulnerables del sistema de infancia (niños separados de sus padres,
maltratados, abusados, explotados sexualmente, etc.), ya que se entregará a otro
cuerpo legal la regulación de estas materias y se escucha que ese proyecto
ingresaría el próximo año al Congreso. Igual ocurre con la esperada Defensoría
de la Niñez. Otro tanto con la esperada reforma institucional del Servicio Nacional
de Protección de Derechos y el de Responsabilidad Penal Adolescente. Fragmentar
la discusión arriesga carecer de un panorama general –lo que hemos observado en
educación- y confiar, hacer un acto de fe, en que realmente se presentarán estos
proyectos. La semana pasada uno de los miembros del Comité de Derechos del Niño
le dijo a la comisión chilena presidida por la Secretaria Ejecutiva del Consejo
Nacional de Infancia que las palabras más utilizadas habían sido "se está
trabajando" o "habrá un proyecto" y que esperaba que se hicieran
realidad.
La segunda observación es el
curioso informe financiero que se adjunta y que informa que el proyecto de
garantía de derechos de la niñez “no involucra mayor gasto fiscal.” Curiosa
mirada de la construcción de las políticas públicas. Sobre todo si nos atenemos
a las declaraciones de sus impulsores que hablan de una reforma fundacional. Ya
hemos visto reformas que generan altas expectativas sociales y que durante la
tramitación nos vamos enterando, semana a semana, de los mayores costos
asociados.
Dejo para su lectura un dossier con
los dos proyectos de ley.
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